Crónica de un Viaje Alucinante en el Corazón del Desierto

El pasado fin de semana, el desierto de Los Monegros volvió a cobrar vida con la última edición del legendario Festival Monegros Desert. Este año, el evento superó todas las expectativas, ofreciendo una experiencia que quedará grabada en la memoria de los miles de ravers que se atrevieron a desafiar el calor y la arena para vivir 24 horas ininterrumpidas de música electrónica, arte y pura adrenalina.

Un Arranque Explosivo

Desde las primeras horas del festival, se podía sentir la energía palpable que caracteriza a Monegros. La llegada al desierto ya es en sí una experiencia: kilómetros de arena y cielo abierto se extienden ante los ojos mientras los asistentes se adentran en un entorno casi surrealista. Este año, la organización se superó, creando una verdadera ciudad temporal en medio de la nada, con varios escenarios temáticos que ofrecían una mezcla ecléctica de géneros, desde techno y house, hasta drum and bass y psytrance.

El escenario principal, adornado con imponentes estructuras de inspiración futurista, fue el epicentro de la acción. La apertura del festival estuvo a cargo de Amelie Lens, que con su característico techno industrial logró poner a vibrar a una multitud ansiosa. Desde ese momento, el ritmo no decayó, con sets impecables de titanes como HARD GZ, Vitalic, 999999999, Adam Bauer que transformaron la noche en un torbellino de beats.

Inmersión Total: Música y Arte

Monegros nunca ha sido solo música, y este año no fue la excepción. Los asistentes pudieron disfrutar de una variedad de performances y espectáculos visuales que complementaban la experiencia sonora. Caminando entre los escenarios, era fácil encontrarse con esculturas interactivas, instalaciones de luz y personajes de otro mundo que se movían entre la multitud, añadiendo una capa extra de surrealismo al festival.

Uno de los momentos más destacados fue el espectáculo de luces al caer la noche. Con el desierto como lienzo, un despliegue de láseres y proyecciones iluminó el cielo, creando una atmósfera casi onírica mientras las vibraciones del bass sacudían la arena bajo nuestros pies.

Una Comunidad Unida por la Música

La verdadera esencia de Monegros, sin embargo, reside en su gente. Este año, la diversidad de asistentes fue más notable que nunca, con ravers de todas partes del mundo compartiendo un mismo objetivo: perderse en la música. La camaradería se sentía en cada rincón; desde las sonrisas compartidas bajo el sol abrasador hasta los abrazos sudorosos en plena madrugada. Monegros es un lugar donde se crean conexiones, donde el amor por la música une a extraños en una gran familia electrónica.

Un Final Épico

La clausura del festival fue tan intensa como su inicio. Con las primeras luces del amanecer,Joseph Capriati tomó el control de la pista y regaló un set que fue un verdadero viaje emocional. Mientras el sol se alzaba sobre el desierto, la multitud seguía bailando, agotada pero eufórica, en un último esfuerzo por exprimir hasta la última gota de la experiencia.

Reflexiones Finales

El Monegros Desert Festival 2024 no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó. Fue un recordatorio de por qué este festival se ha ganado su lugar en el olimpo de los eventos electrónicos: es una prueba de resistencia, una celebración de la música y, sobre todo, una experiencia transformadora.

Aquellos que estuvieron allí no solo vivieron un festival, vivieron un desafío, una comunión y una fiesta que no se puede comparar con ninguna otra. Monegros no es para todos, pero para aquellos que lo experimentan, se convierte en un evento imprescindible, uno que se sigue sintiendo mucho después de que los últimos beats se hayan desvanecido en el desierto.

Hasta el próximo año, Monegros. ¡Ya estamos contando los días!

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Oscar Lari y Francisco Marín para EstiloBCN Magazine